Madre entre el sol y la noche

De Stephane Servan acompañado de las ilustraciones hermosas de Emmanuelle Houdart

 “Mi madre tiene el corazón entre el sol y la noche. 

Resplandeciente como la luna. Sombrío como el ala de un cuervo. 

Un pequeño detalle que hace su risa salvaje. Y su tristeza tormentosa. 

Mi madre tiene el amor a flor de piel. Un jardín entero. 

Plantas silvestres, brezo, lilas o cardos. Una se puede raspar, acurrucar o pinchar. Muy pronto, mi padre y yo aprendimos a cuidar el jardín. 

Mi madre tiene en el corazón un zorro agazapado en su madriguera todo el invierno. 

Y yo me acurruco entre su patas bien calientita. Podrían pasar mil años. 

Mi madre tiene el corazón una loba hecha un ovillo. 

Que a veces, en verano, la arrastra a bailar y cantar en los bosques oscuros. 

Yo me quedo esperando y no puedo evitar sentir escalofríos cuando pienso que quizá no vuelva jamás. 

No tengo miedo a la oscuridad. Tengo miedo del día en que ella quizá no sepa regresar. 

No tengas miedo me dice mi madre. Cuando tú naciste me tatué en el corazón un canto de pájaro, tu primer grito, una estrella de rocío. Tu cara adorada. 

El camino hacia ti no lo olvidaré jamás.”