Te hablaría del viendo de Leila Sucari

Algunas veces me pasa que cuando termino una lectura de una escritora que me removió mucho, quiero seguir leyéndola. Sin ninguna otra autora o autor en el medio. Como una especie de fascinación. Así fue con Leila Sucari. Terminé de leer Fugaz y corrí por este otro libro de ella. Muy distinto al anterior. Es un libro de relatos cortos, pequeños fragmentos muy variados, que no tienen secuencia entre sí pero si una voz narrativa muy potente y poética. Leer a Leila es estar atenta a esas oraciones que nos atraviesan y se quedan con nosotras.

“El amor no es más que un cuerpo que se manifiesta, desesperado.”

Son fragmentos sobre la vida cotidiana, el amor, la casa, los gatos, los sueños, la soledad, la rutina, los desórdenes de la existencia y por supuesto la maternidad. Leila es una observadora voraz de su entorno externo e interno. Su forma de narrar este mundo es tremendamente bello, seductor, inteligente y sensible.

“Jugamos en la cocina con la cachorra y un peluche con forma de unicornio. Ahora los miro desde la cama, ellos corren de un lado al otro, son dos pequeños huracanes, llenos de vida. Puro presente y movimiento. Si me preguntan qué es la felicidad diría que es esto: un perro y un niño jugando fuera del tiempo.” 

No la dejen de leer. Yo no lo haré.